Todo el mundo está en su mundo

Estar en buena compañía es estar en el mundo

Lucia Tavermier

Asistí a las XXI Jornadas de la ELP en Barcelona, que me invitaron a pensar y escribir en psicoanálisis. Comparto algunos trazos que se desarrollaron alrededor de ellas.

“Nadie construye su mundo solo” nos dice Marta Serra en “De un mundo al Otro”1. El vínculo con el otro es condición de existencia. La soledad de cada cual no deja de estar modulada por “los encuentros y los desencuentros que tuvo con los otros”2. Es más, Guy Briole, en el texto “Ser de su mundo y soledad”3 refiere que el sujeto “habla de su mundo a partir del cual implica a los otros y que sus interferencias llegan a hacer síntoma en él (…) hasta llevar al campo del Otro el origen de todos sus males”4. El otro en su mundo. Jacques-Alain Miller en Todo el mundo es loco y con términos propios del discurso analítico nos dice: “el fantasma, el sueño, el delirio, la locura, el síntoma, colapsan en un encierro de cada uno en su mundo y en la imposibilidad de un mundo común. Todo el mundo está en su mundo, es decir, en aquello que su síntoma fomenta, con esto nos las arreglamos como podemos para entendernos e intentar caminar juntos”5. Sobre ello, Laura Canedo y Ruth Pinkasz en la presentación de las Jornadas preguntan: “¿Cuáles son las condiciones de posibilidad de encontrar un lugar común, si cada uno está en su mundo, en aquello que su síntoma fomenta?”6.

Así, las XXI Jornadas en Barcelona con su título “Todo el mundo está en su mundo” convocaron a pensar en los lazos, y la pregunta por la posibilidad de los lazos en el uno por uno, convocaron a pensar en la época con sus coordenadas contemporáneas que, impregnadas de objetos de la ciencia, desconciertan y trastocan la subjetividad de los seres hablantes. El sujeto de la palabra en el marco de una ausencia de palabra responde con amplias clasificaciones, que el campo social nombra como verdaderas “burbujas epidémicas”7, tal como refiere Eric Laurent en Estamos todos locos: depresión, ansiedad, ataque de pánico, bipolaridad, déficits de atención, adicciones, autismo. Así generalizamos y homogeneizamos el ‘para todo el mundo’. “En cierto modo la sociedad actual apunta hacia un terreno de pura positividad en el campo de lo subjetivo, en donde la falta o lo imposible encuentran dificultosamente un lugar”8, refiere Victoria Vicente en “Sujeto de derecho y sujeto del inconsciente”. “Cabe así preguntarse no solamente sobre la elección como responsabilidad y compromiso del sujeto sino también sobre el lugar desde donde el sujeto contemporáneo realiza sus elecciones o toma sus decisiones, en muchas ocasiones perdido en la dimensión sin límite de lo posible”9, continúa. Entonces “todo el mundo está en su mundo… es la razón para que dilucidemos en la clínica las invenciones de cada uno”10, propone Lucía D’Ángelo en “Invenciones singulares”11. Elecciones e invenciones para hacer frente a todo aquello que le es propio al sujeto, aquello que le es insoportable, que le hace sufrir, que lo angustia y que ya no es el de todo el mundo. Aferrado en un mero transcurrir que en el zigzagueo de las pulsiones imperceptiblemente lo comandan, el sujeto habita su mundo sostenido en un no querer saber nada.

¿Cómo pasar de cada uno en su mundo a un mundo común en el encuentro con el semejante? El psicoanálisis responde introduciendo la singularidad, disolviendo ideales de normalidad que enmarcan al sujeto en los imperativos de la época. Moviliza la palabra en un más allá, va en busca de la palabra del analizante, “la palabra, (…) no sólo de la ambigüedad semántica, sino de la ambigüedad subjetiva”12. El devenir sujeto no es otra cosa que la posibilidad de subjetivar identificaciones, de que reaparezcan los significantes que en la contingencia de su historia fueron retenidos. Las Jornadas hicieron presente la experiencia del acto analítico. Lacan afirma que “en el discurso analítico, se trata siempre de lo siguiente: a lo que se enuncia como significante se le da una lectura diferente de lo que significa”13. Por allí el psicoanálisis. Miller, en Sutilezas Analíticas, refiere “con una voz temblorosa y bajita, el psicoanalista hace valer el derecho a la singularidad”14. Sí, por lo bajo, por lo bajo para ir al encuentro de la insondable decisión del ser.

Con las resonancias de las XXI Jornadas de la ELP finalizo con las palabras que hicieron eco al encuentro: “estar en buena compañía es estar en el mundo”15.

* Miller, Jacques-Alain. Todo el mundo es loco. Paidós, Buenos Aires, 2015, p. 299.

 

Notas:

  1. Serra, Marta. “De un mundo al Otro”. Textos de orientación XXI Jornadas de la ELP. 
  2. Ibid. 
  3. Briole, Guy. “Ser de su mundo y soledad”. Textos de orientación XXI Jornadas de la ELP. 
  4. Ibid. 
  5. Miller, Jacques-Alain. Todo el mundo es loco. Op.cit., pág. 342. 
  6. Canedo, Laura y Pinkasz, Ruth. “Todo el mundo está en su mundo. Clínica de las invenciones singulares”. Presentación de las XXI Jornadas de la ELP
  7. Laurent, Éric. Estamos todos locos. Editorial Gredos, Madrid, 2014, p. 12. 
  8. Vicente, Victoria. “Sujeto de derecho y sujeto del inconsciente”. Ejes de trabajo XXI Jornadas de la ELP. 
  9. Ibid. 
  10. D’Angelo, Lucía. “Invenciones singulares”. Ejes de trabajo XXI Jornadas de la ELP. 
  11. Ibid. 
  12. Lacan, Jacques. El Seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud. Paidós, Buenos Aires, 2015, p. 377. 
  13. Lacan, Jacques. El Seminario, Libro 20, Aún. Paidós, Buenos Aires, 2014, p. 49. 
  14. Miller, Jacques-Alain. Sutilezas Analíticas. Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 36. 
  15. Miller, Jacques-Alain. Todo el mundo es loco. Paidós, Buenos Aires, 2015, p. 299. 

 

Enlace: Blog ELP

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